Hoy, siendo el día del padre aunque muchos solo sean progenitores, y digo esto porque cualquiera puede ser procreador de un vástago, pero no todos cumplen con la normativa para poder hacerse llamar papá, dejando a un lado mi rara metáfora sobre quién o no puede llamarse verdaderamente padre, recordé una frase de unos de mis libros favoritos de García Márquez –Memoria de mis putas tristes– el cual dice lo siguiente: “El primer síntoma de la vejez es que uno empieza a parecerse a su padre”, yo literalmente nunca conocí a mi padre, viví bajo el yugo de una figura materna que subyugaba mi persona para que me volviera un instrumento de su felicidad, pero eso es otra historia, a mis treinta y dos años, me he percatado que he vivido más de lo que quisiera y he hecho menos de lo que he podido, y ya me siento muy viejo y derrotado, volviendo a la frase de García Márquez, me hace pensar en cual habrá sido mi primer síntoma de vejez ¿serán los achaques sobre mi persona? ¿Será ese insomnio que n